Todo hacía presagiar que
el viaje que teníamos por delante iba a ser especial. Sin grandes expectativas
y sin una idea totalmente cerrada, decidimos hacer un viaje por Italia. Ya conocíamos
el archiconocido triángulo de Milan-Florencia-Pisa, por lo que queríamos algo
distinto.
La ruta planificada fue volar a Roma (18/oct) y volver desde Venecia (26/oct), pasando entre medias por la toscana profunda. Vamos al lío!!!
Día 1 ROMA (Vuelo)
Vuelo placentero, sin
mayores sobresaltos y con muchas ganas de conocer la ciudad del AMOR. El hotel
lo cogimos cerca de una estación de metro que nos llevara rápidamente a la
estación central de trenes. Esta conexión sería importante para el día de
partida de Roma, ya que nuestra intención era alquilarnos un coche para
recorrer la Toscana.
Al llegar al hotel sobre las 20h tuvimos el tiempo justo para ubicarnos y conocer las proximidades del hotel. Zona metro San Giovanni, en el hotel Dommus Sessoriana. Se trataba de un antiguo convento con bastante encanto. Parte del edificio sigue siendo una iglesia con actividad por lo que era normal levantarse y cruzarse con los feligreses que frecuentaban la bonita iglesia. En términos generales todo bien para el precio que nos costó la habitación, y su ubicación. Nota negativa: no tenía Wifi en las habitaciones, sí en el hall principal.
Día 2 ROMA (Vaticano)
Comenzamos nuestra
andadura oficial visitando el Vaticano. Al ser sábado, la zona estaba hasta
arriba de gente y sin duda es imprescindible haber sacado la entrada
previamente para poderlo visitar. Nosotros tomamos la decisión de última hora
de unirnos a un grupo turístico en castellano. El motivo fue que con la entrada
general no se incluye la entrada a la catedral de San Pedro, y te obligaban a
salir para volver a hacer la cola (lo cual ha cambiado con respecto a cómo se
hacía hace unos años). Viendo que las colas para entrar al Vaticano y
posteriormente a la catedral eran de horas, decidimos que lo mejor era unirnos
a un grupo y optimizar el tiempo que íbamos a estar visitando el Vaticano.
Los museos del Vaticano
son una pasada, pero al estar tan masificados hacen que pierda cierta belleza
la visita. Fue el lugar más agobiante en el que estuvimos en toda la semana y
es que visitar el Vaticano un sábado debería evitarse por todos los medios.
Tras la visita de los museos, pasamos directamente a la Capilla Sixtina. Lugar
mágico y emblemático de Roma que todo visitante debería ver por lo menos una
vez en la vida. Tras la Capilla, fuimos a ver la Catedral directamente.
Impresionante! No existe otra forma para describir tan magna arquitectura. Una
vez más decidimos modificar nuestros planes y optamos por la opción de subir en
ascensor a la Cúpula, desde donde hay unas vistas privilegiadas del Vaticano, y
Roma entera.
Gracias a las
modificaciones en nuestro itinerario (unirnos a un grupo para visitar los
museos del Vaticano, y subir a la Cúpula en ascensor), ganamos unas cuantas
horas que nos permitió seguir aprovechando el día.
Pasear por Roma es todo
un espectáculo. Es una de esas ciudades en la que te sientes protagonista de
una película, o sientes que estás en un museo permanentemente. Sus bonitas
plazas, las fuentes de en sueño, sus cuidados restaurantes, y un sinfín de
monumentos que vas presenciando según paseas la ciudad. Creo que no somos los
únicos que nos sentimos en ciertos momentos personajes presenciales de la época
de Julio Cesar.
Tras un día en el que el
contador de kilómetros andados rozaba los 30, decidimos tomar rumbo al hotel y
descansar.
Comida: comimos en una
tratoria en la plaza Vicolo della Morreta (È Passata la Moretta). Cerveza y
comida super recomendables. Como curiosidad, no tienen carta si no una pizarra
donde apuntan sus platos.
DÍA 3 ROMA (Coliseum y Foro)
Para el siguiente día
(domingo), teníamos reservada la entrada el Coliseum. Una vez más traíamos la
entrada reservada desde España y la planificación nos salió a las mil
maravillas. Sacamos las entradas para entrar el Coliseum a las 13h. Para ello,
tienes que acudir allí y hacer una cola a la hora indicada para sacar a su vez
otra entrada que es la que te da acceso al monumento. Nosotros, para evitarnos
esta cola (cuando fuimos nosotros, fueron 3 horas), pasamos primero por el Foro
y sacamos las entradas definitivas. Con esta entrada, puedes ver el Foro y el
Coliseum en el mismo día, por lo que nos ahorramos 3 horas de cola.
El Foro nos encantó. Por
mucho que se pueda ver desde fuera, nosotros recomendamos encarecidamente pasar
a visitarlo y perderte por sus ruinas. Nos encantó! Era una visita que mucha
gente quitaba valor, y alguno hubo que nos dijo que era prescindible. Para
nosotros es lo contrario. Al ser al aire libre y con la opción de verlo y
disfrutarlo por tu cuenta, es una visita que hay que planificar para dedicar un
par de horas mínimo.
Una vez visitado el Foro (insisto en que nos hubiera gustado ir con más calma y haber dedicado más tiempo), fuimos al Coliseum. No nos sentimos tan agobiados como en los museos del Vaticano pero era increíble la cantidad de gente que se congregaba en cada uno de los rincones posibles. Colas kilométricas, decenas de grupos de turistas, e imposible encontrar un hueco donde descansar las piernas. Menos mal que las vistas de “coloso” merecen la pena y pagan la recompensa de tanta espera.
Como recomendación
gastronómica para este día, nosotros descubrimos la Canolería., en la plara Re
di Roma. El mejor canolo de Italia!!!!

Día 4 ROMA-SIENA (coche
alquiler)
Y dimos por visitada
Roma, con un sabor insuperable del que prueba algo que le ha enamorado. Con la
idea de continuar con nuestro viaje, fuimos a alquilar un coche (un Fiat,
claro) en la estación de trenes de Roma. De ahí tomaríamos rumbo a Siena
parando por el camino por los pueblos que decidiéramos. El coche lo dejaríamos
unos días después en Verona, así que unos cuantos kilómetros nos esperaban por
delante.
La ruta seleccionada
finalmente fue:
Roma-Montepulciano-Pienza-Bagno
Vignoni
Montepulciano:
Se trata de una de las capitales vinícolas de la Toscana y sin duda, uno de los pueblos más preciosos que vimos en todo nuestro recorrido. Nos encantó perdernos por sus calles medievales.
Pienza:
Si alguno se ha
preguntado dónde se encuentra la casa de Gladiator, aquí tiene una pista. En
este pequeño pueblo vas a disfrutar de un entorno rural y natural sin
precedentes. Ver la hilera de cipreses de la famosa película te trasladará a
plena época medieval. Como curiosidad, el queso Pecorino es original de este
precioso pueblo.
Bagno Vignoni:
Todo el pueblo es una
terma. Hay una “alberca” gigante en mitad de la plaza, y de ahí se distribuye
el agua termal al resto de casas. Nos encantó!!!
De nuestra ruta de
pueblos camino a Siena recomendamos TODOS y no seríamos capaces de elegir uno.
Sabemos que hay otros muchos, pero tras preguntar en las distintas Oficinas de
Turismo que nos encontramos, estos 3 pueblos eran los que mejor nos venía
visitar, y fueron sin lugar a dudas un acierto.
Una vez llegamos a Siena comprobamos
en primera persona lo imposible que es moverse en coche por la ciudad. Siena es
una ciudad completamente medieval, por lo que ni las calles, ni los
aparcamientos, ni los pavimentos están preparados para el tránsito de vehículos
regulares. Es por ello que se recomienda aparcar en alguno de los parkings disuasorios
que hay a los alrededores. Nosotros dejamos el coche en el parking del campo de
futbol del Siena, el cual se encontraba a unos 10 minutos andando del centro de
Siena. El precio/hora/día es bastante ajustado y dejándolo únicamente en las
horas nocturnas, sale bastante económico. Para nuestras noches en Siena,
elegimos un B&B con unas vistas de ensueño del Duomo de Siena. Recomendable!
(B&B I Terzi Di Siena)
DÍA 5 SIENA (San
Gimignano-Volterra-Monteriggioni)
Una nueva mañana empieza
y es increíble la sensación de encontrarse en Siena. Si hubiera que comparar a
Siena con alguna otra ciudad sería con Florencia. Florencia es para el
renacentismo, lo que Siena para la época medieval. Una ciudad pequeñita, fácil
de andar y con mucho que visitar. Es un acierto hacer campo base en esta ciudad.
Tras un buen desayuno en la famosa plaza de Siena, reanudamos nuestra ruta por la toscana siendo la ruta elegida la siguiente:
San Gimignano
El pueblo de las torres.
Impresiona ver dentro de su arquitectura medieval, cuidado hasta el mínimo
detalle, una serie de edificaciones a modo de torres. Según indican los guías
había más de 60 torres, y algunas de las que quedan hoy en pie pueden
visitarse. Preparaos para subir unos cuantos escalones, pero una vez arriba,
las vistas recompensaran todo esfuerzo por subir.
Volterra
Precioso pueblo ubicado
en la cima de una colina. Hablamos de una de las joyas de la Toscana por su
arquitectura y riqueza gastronómica. Las vistas desde su paseo exterior son
impresionantes!
Monteriggioni
Pueblo pequeñito,
totalmente amurallado que se puede visitar en menos de una hora. Nos pillaba de
camino a Siena de vuelta por lo que fue una última parada en el camino que nos dejó
un magnífico sabor de boda.
Es muy difícil transmitir
todo lo que sentimos al realizar esta ruta por la Toscana. Los pueblos
visitados no son más que la guinda de un magnífico pastel. Hacer paradas
durante el camino para fotografiar viñedos, cipreses, campos de cultivo, etc.
Será uno de los grandes atractivos de este viaje.
DÍA 6 SIENA (Ruta de
Chianti) – Verona
Nuestro último día en
Siena servirá para seguir disfrutando de esta magnífica ciudad que nos ayuda a
trasladarnos en cada paso que damos a la época Romana.
Dado que teníamos que ir
dirección Verona, decidimos hacer la ruta de Chianti por la carretera SR222.
Visitamos Castellina in Chianti, Rada in Chianti, Volpaia y Panzano in Chianti.
La ruta fue absolutamente maravillosa, disfrutando de todos y cada uno de los paisajes que se mostraban ante nosotros. Es una zona de viñedos preciosos, alternados con cipreses y caseríos toscanos. Por destacar algún aspecto de la ruta decir que Volpaia es un mini pueblo que si no se tiene suficiente tiempo, puede ser el único que quitaríamos de la lista.
La comida la teníamos
clara. Sería en el restaurante Solociccia de Darío, el famoso carnicero del
programa “Chefs Table” de Netflix. La comida fue un espectáculo y toda una oda
a la carne, pero sobre todo nos encantó estar presentes en algo que habíamos
visto por la tele. Top!!!
De noche llegamos a
Verona, donde dejaríamos nuestro Fiat 500 tras casi 1500 kms. Dejamos el coche
en la estación de trenes de Verona, ya que teníamos el alojamiento a pocos
minutos de la estación. Sería un punto estratégico para el día siguiente ya que
sacaríamos el billete de tren para continuar nuestra ruta dirección Venecia.
La última noche en Verona
fue totalmente improvisada, pero que disfrutamos mucho. Ciudad tranquila, fácil
de visitar, y aunque cuente con menos encanto o interés que las archiconocidas
Florencia o Siena, Verona es una parada estupenda de un día. Presenciamos las
casas de Romeo y Julieta, así como la muralla y puentes que rodean la ciudad.
A destacar de Verona su circo
romano, el cual sin ser tan grande como el Coliseum de Roma, sí se encuentra en
mejor conservación, por lo que contemplarlo es siempre un disfrute.
DÍA 7 VENECIA
Amanecimos y pusimos
rumbo a Venecia. Compramos el día anterior los billetes de tren, por lo que
sabíamos perfectamente a qué hora teníamos que estar en la estación.
Una vez llegamos a
Venecia, la cual sería nuestra última parada en nuestra ruta por Italia,
tuvimos que hacer un cambio de chip completo. Dejamos atrás el concepto coche y
autonomía de movernos por donde queramos, para dar paso al vaporeto y la
necesidad de desplazarnos por los canales venecianos.
Nuestro alojamiento se encontraba en una de las islas más próximas a la plaza de San Marcos,
Giudecca n. 318 Palanca,
Giudecca, Venecia, 30133, Italia
Para visitar Venecia
optamos por comprar el boleto para 3 días que te permitía subirte y bajarte
todas las veces que necesitaras. Igualmente nos permitiría ir a las islas de
Murano y Burano, que teníamos en mente visitar al siguiente día.
DÍA 8 VENECIA
(Murano-Burano)
Este día nos pilló a contrapié
con una huelga de vaporetos que no teníamos prevista. Nos complicó los
desplazamientos pero finalmente tuvimos algo de suerte. Fuimos a Burano, isla
mucho más pequeñita pero que disfrutamos como enanos. Tras recorrerla en una
media hora aproximadamente, fuimos a un supermercado para comprar productos
italianos y hacer un picnic hasta que nuestro vaporeto saliera dirección
Murano.
En Murano vimos que había muchísima afluencia de personas ya que la oferta de la isla es mayor. Por nuestra parte decidimos volver a Venecia lo antes posible ya que la situación con los vaporetos nos hacía estar intranquilos. No obstante, lo pudimos visitar todo y estuvimos el tiempo que creo es oportuno. Dedicar mucho más a las islas es innecesario ya que con medio día o ¾ de día es suficiente.
Ya de vuelta en Venecia,
continuamos disfrutando de sus canales, rinconcitos de película, y tratamos de
capturar tantas imágenes en nuestra retina como fuimos capaces. Es una ciudad
de ensueño donde disfrutar con tu pareja en cada rincón.
DÍA 9 VENECIA – MADRID
Hoy es mi cumpleaños, y
siempre es especial poderlo disfrutar al lado de la persona que más quieres en
una ciudad tan mágica como Venecia
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